La desigualdad de género comienza en la infancia.
Educar a nuestros hijos para que reconozcan la igualdad entre hombre y mujer es una responsabilidad que tenemos todos los padres de familia, ya que es parte fundamental de formar ciudadanos que aporten a mejorar la sociedad en la que les tocará vivir.
Sin embargo, no es tarea fácil, ya que requiere de trabajo diario, y sobre todo, de cambiar nuestros propios esquemas mentales, y nadar contra corriente con los estereotipos que la sociedad actual nos impone.
En este artículo te compartimos 5 consejos para que puedas trabajar este valor tan importante con tus hijos e hijas.
- Implicar a los niños y niñas en todas las tareas del hogar.
Una parte importante de la formación de nuestros hijos es hacerlos responsables de algunas tareas del hogar. Para fomentar la igualdad entre géneros, es importante que asignemos las responsabilidades del hogar sin importar aquellas que normalmente son consideradas “Cosas de mujer” o “Cosas de hombre”. Por ejemplo, a nuestros hijos podemos darles responsabilidades como barrer y trapear la casa, y a nuestras hijas a lavar el coche o ayudar en las reparaciones del hogar.
- Dejemos que elijan juguetes o juegos de acuerdo a sus gustos y no a estereotipos.
Desde que son bebés, enseñamos a nuestros hijos los estereotipos de género comprando juguetes de acuerdo a su sexo. Por ejemplo, a los niños compramos carritos y herramientas, y a las niñas muñecas y cocinas. Conforme van creciendo, van aprendiendo qué juguetes son los “adecuados” de acuerdo a su sexo, y eligen sus juegos y juguetes de acuerdo a eso. Nosotros podemos romper con esos estereotipos desde que son bebés, comprándoles juguetes de todo tipo; y cuando sean mayores, permitiendo que escojan libremente, sin importar lo que los estereotipos les indiquen.
- Demos el ejemplo.
El ejemplo es la herramienta de educación más poderosa que tenemos con nuestros hijos. El vivir la equidad de género como pareja es la mejor manera de que nuestros hijos aprendan a hacerlo en un futuro. Por eso si somos mamás trabajadoras, o papás que realizan tareas del hogar, estamos reforzando ese comportamiento en nuestros hijos, y de esa manera rompiendo los estereotipos en las siguientes generaciones. Es importante recordar que además del ejemplo, debemos cuidar también nuestro lenguaje, evitando hacer comentarios o chistes sexistas.
- Desmontemos los prejuicios.
Los estereotipos de género nos rodean, por eso, aunque en el hogar intentemos no tenerlos, nuestros hijos los aprenderán en la escuela, con sus amigos, o incluso con familia. Por eso es importante que los enseñemos a cuestionarse, cuando por ejemplo nuestro hijo nos diga: “Trapear es de niñas”, nosotros podemos preguntarle “¿Por qué? ¿Los niños no saben trapear? Ven te enseño”.
Los prejuicios se encuentran en todos lados, en las caricaturas que se supone deben ver de acuerdo a su sexo, las clases de ballet y el futbol, las princesas y los superhéroes, etc. Podemos cuestionar a nuestros hijos y llevarlos a que reflexionen el por qué eligen tal o cual cosa, si es porque realmente les gusta, o porque así se espera de ellos.
- Dejemos que sean ellos mismos.
Al final todo se resume en dejar que nuestros hijos sean ellos mismos, y que tomen decisiones con base a lo que ellos quieren y no en lo que dicta la sociedad. Si nuestro hijo decide tomar clases de baile, o nuestra hija quiere ir vestida del capitán américa a la próxima fiesta de disfraces, no debemos escandalizarlos ni reprimirlos, si no apoyarlos y amarlos. Solo así aprenderán la importancia del respeto, la aceptación, la inclusión y el amor.