El cuidado de la salud mental no es sólo para los adultos.
En pleno siglo XXI quizá un alto porcentaje de la población desconozca que existen Trastornos Mentales en niños(as) y adolescentes, ya que generalmente asociamos estos padecimientos con la adultez y la edad avanzada… nada más lejos de la realidad.
Los padecimientos son muy diversos y algunos de éstos son:
- Discapacidades intelectuales
- Trastorno del Espectro Autista
- Trastorno de la Comunicación
- Trastorno Específico del Aprendizaje
- Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y sus variantes
- Trastornos Motores
- Trastornos de Tics
- Trastornos del Control de Impulsos, antes clasificados como Trastornos de Conducta
- Trastornos de Ansiedad
- Trastornos Motores
- Trastornos del Ánimo: se incluye al Trastorno Bipolar y trastornos relacionados, así como Depresión
- Trastornos de la alimentación, entre otros.
Lo importante de conocer la información antes enlistada es el sensibilizar a las personas de la existencia de Trastornos Mentales en infantes o adolescentes, con el fin de llamar a éstos por su nombre correcto; y en caso de tener un hijo(a), familiar o amigo con algún “padecimiento” brindarle apoyo sin temor o recelo, pues el conocimiento permite que los pequeños reciban: seguridad, permanencia y cariño no sólo de su familia; sino de todos los forman parte de su entorno social.
Si un menor asiste a un Centro de Desarrollo Infantil o es alumno de una Institución Educativa, y es la titular del grupo, la Psicóloga o la Pedagoga las primeras en identificar alguna(s) conducta(s) “inusuales” en sus procesos de aprendizaje, su desarrollo físico o emocional, es deber de éstas reportarlo oportunamente a los padres de familia del niño(a), con el fin de de que ellos acudan con algún especialista, y confirmar o descartar las observaciones hechas por los profesionales de la educación.
En caso de confirmarse o descartarse algún Trastorno el padre y/o la madre comunicarán al equipo multidisciplinario del Centro de Desarrollo Infantil o Institución Educativa del cual forma parte.
En el caso de existir un Trastorno es importante trabajar en equipo con los miembros que estarán en contacto directo con el menor, brindando todas las estrategias que propongan los profesionales de la salud para apoyar su etapa escolar, promover la equidad pero sobre todo favorecer una sana autoestima en el niño(a).
Es elemental que si el padecimiento requiere que el “pequeño” tome algún fármaco se notifique de los cambios físicos o de conducta que puede presentar el niño(a) durante la jornada escolar. Si se llevará a cabo un cambio o suspensión de medicamento hay que mantener informada a la Institución Educativa.
Quizá, la primera emoción como padre de familia ante un diagnóstico de cualquier padecimiento desconocido en su hijo(a) sea de temor; pero lo primero que se les sugiere es documentarse sobre el “problema” de su menor,buscando alternativas que les procuren apoyo emocional como familia, y así contribuirán a concienciar a la sociedad, y a formar hijos con un estado mental lo más cercano a la SALUD MENTAL